La Lechera tenía un gran reto, transmitir su nuevo posicionamiento (tan buenas como las que hacía la abuela) a través del packaging. Creamos un concepto que nos permitiese expresar los nuevos significados de la marca mediante códigos visuales diferenciadores y únicos. Con el uso de un tapete de ganchillo en el atrezzo del pack conseguimos transmitir los valores de autenticidad de la marca. El resto de elementos como el bol de cristal transparente o la tipografía script para Natillas, generan un equilibrio óptimo y una buena armonía en el pack y finalmente un increíble chorro de natilla que cae desde la cuchara. Nos aporta todo el appetite appeal para que las nuevas Natillas de La Lechera sean irresistibles.

En situaciones complejas dónde hay que comunicar gama, promociones, ingredientes, sabores, etc. los elementos son muchos y es clave hacer una buena distribución, usar los tamaños adecuados y determinar una arquitectura optima en el espacio disponible. En este caso lo resolvimos con una perspectiva de puntos de fuga que nos aportó profundidad al pack y nos permitió ubicar fácilmente los distintos elementos que lo conforman.